Cerros de Mavecure
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Cerros de Mavecure


Un lugar que sorprende desde su llegada por su extensa vegetación y ríos que se ven desde lo alto, así es el Guainía y su capital Inírida en Colombia, nuestro punto de partida de este bonito viaje.

Para llegar a los Cerros de Mavecure, tomamos un vuelo directo por la aerolínea Satena desde Bogotá hasta Inírida, el cual tuvo una duración aproximada de una hora y media. Una vez aterrizamos, nos recibió el personal de la agencia Toninas Travel, quienes fueron los encargados de guiarnos y cuidarnos durante los 5 días que estuvimos.

Para aprovechar el primer día, después de dejar nuestras maletas y comer algo, salimos hacía la Laguna de las Brujas a 5 minutos de Inírida. Es realmente enigmática, existen varias leyendas acerca de ella y no es para menos, el solo verla nos inquieta a pensar la magia que esconde este lugar.

Al día siguiente, nos fuimos por el río Guainía hasta la frontera con Venezuela llegando casi a la ciudad de Fernando de Atabapo. Durante el recorrido vimos algunas toninas que no logramos fotografiar, una especie de delfines rosados que asomaban su aleta dorsal. De igual manera, realizamos algunas paradas en la zona y tomamos un baño en una de las pequeñas islas de arena que se forman en el mismo río.





En horas de la tarde partimos hacia los Cerros de Mavecure, que son un conjunto de 3 monolitos llamados Mono, Pajarito y Mavecure. Después de presenciar una intensa lluvia durante 2 horas de recorrido en la lancha (50 Km), llegamos finalmente a nuestro destino que nos mostró un paisaje nublado, pero al mismo tiempo majestuoso.


Aprovechamos la estadía para contemplar las estrellas acompañados de historias, snacks y bebidas calientes. Sentados en una de las playas de arena blanca que se forman a la orilla del río, cruzamos los dedos para que no nos lloviera al día siguiente y así poder subir hasta la cima del cerro Mavecure que es el más frecuentado por los visitantes.

Como si todo hubiese sido premeditado, con un día soleado logramos hacer el ascenso.

Después de la caminada, al llegar donde nos estábamos hospedando, nos recibieron con uno de los platos típicos de la región, el pescado moqueado, una receta heredada de las comunidades indígenas que consiste en ponerlo al fuego de una hoguera envuelto en hojas de plátano; la verdad a muchos nos supo delicioso. Luego nos fuimos un poco más hacia el sur del río Inírida, más exactamente al caño San Joaquín para darnos otro chapuzón.

No muy tarde para que no nos anocheciera, regresamos a la ciudad de Inírida para descansar y al otro día realizar otras de las actividades que ofrecen sus alrededores.

Muy temprano en la mañana emprendimos camino al Parque Natural y Cultural del Guainía – Kenke. Allí, nos compartieron algunos de los conocimientos técnicos de los indígenas (etnoturismo), asimismo realizamos actividades como senderismo y aviturismo y recorrimos los campos de la flor de Inírida. Luego de comer, estuvimos en una piscina natural de un color rojo espectacular y culminamos nuestro día con un atardecer muy especial.

En nuestro último día conocimos la comunidad de Sabanitas, también muy cerca de la ciudad de Inírida, donde nos hicieron un tour que incluyó la compra de algunas de las artesanías que allí se producen.

En definitiva, jamás nos imaginamos la belleza natural y humana que esconde esta región, el viaje es fascinante en todo momento y generalmente supera las expectativas de todo aquel que la visita.

 
¿Qué llevar?
- Bloqueador solar
- Gafas de sol
- Gorras
- Cantimplora, termo o camelback
- Impermeable
- Linterna
- Toalla multiusos
- Snacks
- Vestido de baño
- Un morral pequeño para usar durante las actividades del día
- Elementos básicos de aseo personal
- Sandalias o zapatos especiales para usar en los ríos

- Repelente Pastor® 34 para el cuerpo y Pastor® 0.5 para aplicar en la ropa, en las camas, mosquiteros y camping.

Blog escrito por Fernando Niño (@fernimar1)  

Fotos tomadas por Fernando Niño (@fernimar1)  


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